miércoles, 9 de febrero de 2011

Fay Antonio Margil de Jesús y la Cihuacoátl

En tiempos de la colonia española, a 175 años de establecido ese nefasto y brutal sistema de explotación que diezmó los pueblos confederados que conformaban el Sébaco aborigen, se registra un acontecimiento histórico que raya entre lo mítico y lo fabuloso, por lo que se puede ver lo arraigado que se encontraba la leyenda en la mente popular.

Se cuenta que un día de invierno del año 1703, llegó a Santiago de Sébaco un hombre con los hábitos rotos, recogidos hasta la cintura y completamente enlodado. La población extrañada vio como del cordón que ceñía la vistidura, le colgaba un calavera y aferrando un misal, cantaba;

"Alabado sea el Santísimo sacramento del altar y maría concebida sin pecado original ".

Era Fray Antonio Margil de Jesús de la orden de Los Recoletos, que llegaba expresamente a combatir o exorcisar tanto a los brujos sebaqueños como a la mismísima Cihuacoatl..

El propósito de la visita de dicho personaje, según el biógrafo que recopiló los escritos del misionero descalzo, hizo que la leyenda trascendiera sus fronteras enriqueciéndola aún más, perpetuándola por los siglos venideros.

Informado el frayle por los parroquianos de las hechicerías y encantamientos de los indios de Sébaco, salió muy de mañana en busca de la cueva de la cihuacoatl a pesar del mal tiempo que se avecinaba.

Cuentan que Margil de Jesús perdió el rumbo, porque sobrevino con mucha fuerza una tormenta semejante a un huracán, el viento era tan fuerte que arrancaba de cuajo los grandes árboles elevándolos por los aires. Las cañadas se inundaron arrastrando los ranchos de los indígenas, los torrenciales aguaceros sanjearon los caminos y ahogó casi todo el ganado del valle.

El mismo Margil de Jesús cuenta, que tuvo que esperar que el viento y la lluvia amainara, para regresar a la población pidiendo ayuda por el camino, porque estaban perdidos y su acompañante se le moría, por los abundantes vómitos de sangre. Los lugareños, tanto criollos como indígenas, achacaron de inmediato a la Cihuacoatl aquel terrible acontecimiento.

Dicen que el frayle se enfrentó mas tarde a la terrible mujer serpiente y pensando que se trataba del mismísimo diablo le dijo con voz fuerte: ¡En el nombre de Cristo nuestro Señor te ordeno Satanás que regreses a los infiernos!. La cihuacoatl abriendo su boca le respondió: ¡No soy Satanás, hombre tonto! ¿No ves que soy tambien una mujer? ¿Por que no quieres que la gente me conserve en su memoria para siempre? ¿Por que quieres separarnos?.

La fábula sigue desarrollándose en torno a la falsa deidad adorada por los aborigenes sebaqueños. Cuentan que Fray Margil de Jesús, regresó a Granada prometiéndoles a los vecinos de Sébaco que regresaría, para develar a la misteriosa mujer serpiente y convertirla a Cristo.

Las lluvias en Sébaco fueron debastadoras, y después del invieron de 1762, se consolida la supuesta maldición.

Fuente: Eduardo Manfut

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